Tiene los auriculares que le cuelgan del cuello. Se escuchan las canciones de Joaquín Sabina, uno de sus músicos preferidos. Presiona el símbolo de stop en su dispositivo digital y se sienta en el apoyabrazos de un mullido sillón, en la salida del salón comedor que utiliza exclusivamente el seleccionado en el Hyatt Regency Hotel. Ricardo “Ricky” Álvarez, un volante talentoso que le gusta a Alejandro Sabella por su funcionalidad, tendrá en suelo indio su bautismo sagrado con la camiseta del seleccionado.
La entrevista se demora unos instantes, pues Álvarez tiene la intención de dejar que salgan todos sus compañeros del comedor para evitar la incomodidad que le genera que lo vean dando notas. Será titular en el primer partido del ciclo de Sabella y eso lo ubica entre los más buscados. “Estoy disfrutando de un mundo completamente nuevo. Esto es muy lindo. Intento vivir cada minuto como si fuera único y disfrutando de la clase de jugadores que están aquí”, confiesa el volante de 23 años que, después de una temporada destacada en Vélez, fue transferido a Inter en 17 millones de dólares.
-Cómo te cambió la vida en el último año.
-Increíble. Uno lucha para llegar a este nivel y ahora me gustaría demostrar que puedo seguir, que le puedo ser útil a la selección y al equipo. Para eso tengo que mantener los pies sobre la tierra y ganarme la confianza de mis compañeros y del entrenador.
-¿Cuándo tomaste conciencia de que el sueño de estar en la selección era posible?
-Cuando me llamaron para decirme que estaba convocado. No lo podía creer. Uno, desde que es profesional, sabe que hay que destacarse en su club para que el técnico de la selección te convoque, pero la verdad que esto me pasó por encima casi sin darme cuenta y hoy estoy en la India al lado de jugadores impresionantes.
-¿Para quién va ir tu primera camiseta de la selección?
-Es para Jorge, el padre de mi amigo Sebastián Dib. El hace seis años me dijo que iba a estar en la selección y me hizo firmar una servilleta con una promesa: regalarle mi primera camiseta con el seleccionado mayor. Esto paso hace seis años en la Paternal, mi barrio, y la servilleta la tiene guardada en un cajón hasta el día del hoy.
-Desde que estás acá, ¿cuántas veces te hicieron acordar de que tenés que cumplir la promesa?
-Todo el tiempo. Con mi amigo intercambiamos mensajes a través de la compu. Los afectos siempre están pendientes de uno y les cuento todo. Les cuento de las diferencias que noté de este país con respecto del nuestro, de las prácticas, del estadio, del hotel. En definitiva, estoy viviendo un sueño inolvidable.
-Según Sabella, hay un tipo de jugador que se ha ido perdiendo, que es aquel que tienen la cancha en su cabeza. Por ejemplo, un Gallardo, un Aimar, un Riquelme, un Verón… ¿En qué categoría te ubicas vos?
-Creo que puedo jugar en varias posiciones. El fútbol actual te hace adaptarte a nuevas características y, entonces, no sé si hay un rótulo para mi posición en la cancha. Creo que puedo jugar en varias posiciones y por cualquiera de los dos costados. Donde el técnico lo considere tendré que serle útil. Esa es la obligación y el desafío personal.
-Se suele decir que para los futbolistas con condiciones técnicas como las tuyas, triunfar en el fútbol italiano es un desafío aún más exigente con respecto a otras ligas, ¿cómo lo ves?
-Debo reconocer que me retaron un poquito en las primeras prácticas en Inter, me dijeron que largue más la pelota. En el tiempo que llevo se nota que en el calcio la táctica es lo más importante, pero en cualquier liga siempre el buen jugador hace la diferencia. Y el mejor ejemplo fue la temporada que hizo Pastore en Palermo. Ojalá lo pueda imitar.
SUS COMIENZOS A UN TOQUE:
La entrevista se demora unos instantes, pues Álvarez tiene la intención de dejar que salgan todos sus compañeros del comedor para evitar la incomodidad que le genera que lo vean dando notas. Será titular en el primer partido del ciclo de Sabella y eso lo ubica entre los más buscados. “Estoy disfrutando de un mundo completamente nuevo. Esto es muy lindo. Intento vivir cada minuto como si fuera único y disfrutando de la clase de jugadores que están aquí”, confiesa el volante de 23 años que, después de una temporada destacada en Vélez, fue transferido a Inter en 17 millones de dólares.
-Cómo te cambió la vida en el último año.
-Increíble. Uno lucha para llegar a este nivel y ahora me gustaría demostrar que puedo seguir, que le puedo ser útil a la selección y al equipo. Para eso tengo que mantener los pies sobre la tierra y ganarme la confianza de mis compañeros y del entrenador.
-¿Cuándo tomaste conciencia de que el sueño de estar en la selección era posible?
-Cuando me llamaron para decirme que estaba convocado. No lo podía creer. Uno, desde que es profesional, sabe que hay que destacarse en su club para que el técnico de la selección te convoque, pero la verdad que esto me pasó por encima casi sin darme cuenta y hoy estoy en la India al lado de jugadores impresionantes.
-¿Para quién va ir tu primera camiseta de la selección?
-Es para Jorge, el padre de mi amigo Sebastián Dib. El hace seis años me dijo que iba a estar en la selección y me hizo firmar una servilleta con una promesa: regalarle mi primera camiseta con el seleccionado mayor. Esto paso hace seis años en la Paternal, mi barrio, y la servilleta la tiene guardada en un cajón hasta el día del hoy.
-Desde que estás acá, ¿cuántas veces te hicieron acordar de que tenés que cumplir la promesa?
-Todo el tiempo. Con mi amigo intercambiamos mensajes a través de la compu. Los afectos siempre están pendientes de uno y les cuento todo. Les cuento de las diferencias que noté de este país con respecto del nuestro, de las prácticas, del estadio, del hotel. En definitiva, estoy viviendo un sueño inolvidable.
-Según Sabella, hay un tipo de jugador que se ha ido perdiendo, que es aquel que tienen la cancha en su cabeza. Por ejemplo, un Gallardo, un Aimar, un Riquelme, un Verón… ¿En qué categoría te ubicas vos?
-Creo que puedo jugar en varias posiciones. El fútbol actual te hace adaptarte a nuevas características y, entonces, no sé si hay un rótulo para mi posición en la cancha. Creo que puedo jugar en varias posiciones y por cualquiera de los dos costados. Donde el técnico lo considere tendré que serle útil. Esa es la obligación y el desafío personal.
-Se suele decir que para los futbolistas con condiciones técnicas como las tuyas, triunfar en el fútbol italiano es un desafío aún más exigente con respecto a otras ligas, ¿cómo lo ves?
-Debo reconocer que me retaron un poquito en las primeras prácticas en Inter, me dijeron que largue más la pelota. En el tiempo que llevo se nota que en el calcio la táctica es lo más importante, pero en cualquier liga siempre el buen jugador hace la diferencia. Y el mejor ejemplo fue la temporada que hizo Pastore en Palermo. Ojalá lo pueda imitar.
SUS COMIENZOS A UN TOQUE:
1- Sus padres lo llevaron al club Caballito Juniors cuando tenía 6 años. Tiempo después pasó a Club Parque, en donde Ramón Maddoni lo seleccionó para llevarlo a Boca.
2- No siguió en el conjunto xeneize porque lo veían de contextura pequeña. Un crecimiento con muchas lesiones lo dejaban constantemente fuera de los equipos y entonces quedó libre.
3- A Vélez ingresó en octava división, después de que Eduardo Pino Hernández, coordinador del fútbol infantil por entonces, recomendara su inclusión en las inferiores del Fortín.
4- Integró un selectivo de Vélez y al poco tiempo fue elegido para comenzar a entrenar con la primera. Hugo Tocalli fue el que lo hizo debutar en 2008, ante Independiente, pero a la semana una rotura de ligamentos demoró varios meses su explosión en primera. La que llegó con Ricardo Gareca como DT de Vélez.
2- No siguió en el conjunto xeneize porque lo veían de contextura pequeña. Un crecimiento con muchas lesiones lo dejaban constantemente fuera de los equipos y entonces quedó libre.
3- A Vélez ingresó en octava división, después de que Eduardo Pino Hernández, coordinador del fútbol infantil por entonces, recomendara su inclusión en las inferiores del Fortín.
4- Integró un selectivo de Vélez y al poco tiempo fue elegido para comenzar a entrenar con la primera. Hugo Tocalli fue el que lo hizo debutar en 2008, ante Independiente, pero a la semana una rotura de ligamentos demoró varios meses su explosión en primera. La que llegó con Ricardo Gareca como DT de Vélez.
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