Ranieri lo puso y Ricky respondió con una asistencia. |
Sin embargo, la clave argentina estaba en el banco. Claudio Ranieri se dio cuenta que así la mano no iba y, en el complemento salió a la cancha Ricardo Alvarez. En los primeros minutos, sin embargo, perdió la bola y se vino el Genoa pero sin peso. Ricky entró algo acelerado y vio la amarilla enseguida pero, cuando hizo pie, sacó un centro perfecto desde la derecha y se la puso en la cabeza al nipón Nagatomo, que volvió a gritar (venía de meterla con la Fiore el fin de semana).
Fue el único y festejadísimo gol de un Inter que intenta de a poco acercarse a los de arriba. Ahora suma 20 y son diez los que lo separan de la Juventus y Udinese. La confianza va apareciendo y ahora Ranieri ya sabe: para sufrir menos, a Ricky no lo saques más.
ole
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