Hay algo que se cae de maduro. El festejo de Vélez en el primer gol, esa especie de canoa conformada por Santiago Silva, Maxi Moralez y Juan Manuel Martínez, no condice con la realidad del Fortín. Es que Vélez no la rema, tiene en automático lo que a los demás les cuesta el doble de esfuerzo: ganar. La caída con Lanús potenció al equipo de Gabriel Schurrer, pero ni siquiera aminoró la marcha contra la corriente de esta máquina que comanda Ricardo Gareca.
El partido con Gimnasia fue la fiel muestra de que Vélez no va a ceder, ni física ni futbolísticamente, en su lucha por quedarse con los dos frentes: la Copa Libertadores y el Clausura. Porque el Lobo, que fue a Liniers con las mayores intenciones de engordar su promedio para pasar a Huracán en la tabla roja, ya la tenía complicada en la previa y todo terminó de confirmarse cuando habían transcurrido 25' de, por lo menos, algo de tranquilidad: Silva recibió solo en el vértice del área y ensayó una definición por arriba con su pierna izquierda que doblegó a Fernando Monetti.
Pero Vélez no se conforma, también tiene mecanizada esa idea de ir por el segundo no bien llega el primero. De pasar a su rival por arriba a base de fuerza, inteligencia y fútbol. Es un equipo que, inevitablemente, transforma en figura al arquero rival y Monetti no fue la excepción. Que Augusto Fernández, que el Burrito, que Maxi, que otra vez el Tanque... Ni el propio Gimnasia, cuando restaban 20' para el final, sabía cuál era la razón por la que el partido todavía dividía a ambos por la mínima diferencia.
Y es que en la cabeza de cada jugador, de cada Franco Razzotti, de cada Víctor Zapata, de cada Fabián Cubero e infinitos etcéteras, jamás pasa abandonar la esencia. Por eso cuando faltaba poco para el ocaso del partido, todavía podía verse a Ricardo Alvarez soltando gambetas e intentando aproximarse a la zona decisiva. Por eso, en esos minutos fatales que todo equipo sufre si no liquidó el pleito antes, Vélez siguió atacando. El penal de Moralez terminó con cualquier especulación sobre un posible empate. Si es que la había, claro.
Fuente:ole
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