6 jul 2011

Se cerró el pase de Ricardo Alvarez al Inter, que pagará una docena de millones de euros por la última gran joya de Liniers. Se va hoy.
Rocky era seguido por el Arsenal, pero lo madrugaron.
Hubo una vez que compartió cartel periodístico de diarios ingleses junto al príncipe de Inglaterra. Una cara argentina llena de gol se entrometía en cuestiones de corona británica. Ayer, ese mismo grito apasionado, esa misma fibra muscular tensionada, ilustraba la tapa de los diarios italianos. Ricardo Alvarez había viajado, materializado en información, a Europa. Primero a Londres, al Arsenal, que se entusiasmaba en incorporarlo. Después a Milán, al Inter, que vio luz y subió la apuesta. Ayer, tras arduas jornadas de reuniones, quedó estipulado que hoy, alrededor de las once, Ricardo Alvarez se apersonara en Ezeiza para viajar a Europa. Es así, Vélez transfirió a Ricky, su última joyita, al Inter de Milán.
Vélez había establecido una base de doce millones de euros. A partir de ese precio, empezaba a escuchar cualquier ofrecimiento por Ricardo Alvarez. El Arsenal inglés había acercado una oferta que seducía a las partes por la formalidad, honestidad, autenticidad y seriedad anglosajona, pero que arañaba el suelo que pretendía el Fortín. El Arsenal seguía atentamente su carrera, se había acercado dos años atrás y entendió que su crecimiento físico y su exponencial talento cuajaba en el esquema táctico y la propuesta técnica del fútbol inglés. Pero congeló su ofrecimiento, se durmió en los laureles, y el Inter, que andaba al margen, arremetió. A la par del Arsenal, el club italiano perseguía las alternativas físicas y futbolísticas de la carrera de Ricky. Cuando su principal competidor titubeó, Inter tomó las riendas de la negociación. Determinante, convencido y ambicioso, ofreció lo que sugería Vélez: 12 millones de euros. A pagar en dividendos disgregados según pago inicial y refuerzo por partidos. El plan que se cerraba anoche -que incluía un porcentaje para Vélez por una futura venta-es que el Inter deposite 6 millones de entrada, que a los cinco partidos acredite un millón más, igual a los diez partidos, y millón y medio a los quince. Se concertó además un amistoso entre los clubes y que el Inter se haga cargo del porcentaje favorable al jugador y los impuestos.

Para una joya maravillosa, un precio maravilla.

Fuente:ole

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